Este proceso consiste en la transmisión de la energía
Universal curativa a través de la imposición de manos. En este proceso de
sanación no interviene la voluntad del reikista, quien actúa solo como
conductor o canal. Reiki se compone de dos kanji, REI que significa energía
universal y KI energía vital. La energía Reiki trabaja directamente sobre el
campo energético del paciente, destruyendo bloqueos que impiden el libre flujo
de la energía. Es así como armoniza y devuelve el equilibrio a los sistemas que constituyen el cuerpo físico
y espiritual. Las enseñanzas del Maestro Usui nos dictan que la sanación Reiki
puede ser hoy practicada por cualquier persona. Usui afirmaba que el universo y
por lo tanto, todo lo existente, posee Reiki, es una onda energética de amor superior
emitida por la existencia suprema, en forma de luz pura. ¿PORQUE SE ENFERMAN
LAS PERSONAS? Como vimos anteriormente en la definición de Reiki, KI significa
energía vital. El KI dirigido negativamente se ubica alrededor de nuestros
órganos en nuestro cuerpo físico, en los chakras (cuerpo energético) y en
nuestro aura (cuerpo etéreo). Es así como se deteriora el balance, armonía y el buen funcionamiento de
nuestro cuerpo (físico, mental, espiritual). Las enfermedades y disfunciones
del cuerpo se producen por un KI negativo. El Ki negativo puede estar oculto en
nuestros pensamientos sean estos conscientes o inconscientes influyendo en
nuestros sentimientos, estados de ánimo, espíritu, etc. Pensamientos negativos
como el enojo, ira, tristeza y miedos contribuyen a crear un Ki negativo…
El Reiki sabe en que lugar se encuentra localizado el ki
negativo de las personas, la energía fluye hacia ese lugar determinado y
modifica las vibraciones de ese ki negativo liberándolo. De esta manera se
sueltan sentimientos, recuerdos y pensamientos negativos. Es por esto que se
dice que el Reiki ataca la raíz de la enfermedad que nos aqueja. Solemos pensar una cosa y decir otra, sentir
una cosa y hacer otra, no somos coherentes con nosotros mismos por miedo al
rechazo, al abandono, a la crítica, a perder el prestigio, al juicio, etc… y
entonces enfermamos. El cuerpo grita lo que el alma calla. La enfermedad es un
mensaje del alma, un bloqueo emocional que nos advierte que no vamos en la
dirección correcta, y se manifiesta en el cuerpo a través de los síntomas para
que sanemos. La mayoría de las enfermedades tienen un origen emocional
(conflictos emocionales), y según sea la emoción, afectará a un órgano u otro
del cuerpo, ya que se verán afectados por esas emociones y pensamientos
negativos. Si prestamos atención a nuestro cuerpo, aprenderemos a interpretar
esos mensajes. Nuestro cuerpo, al igual que todo, está conectado con el
Universo, somos canales de energía, los órganos sexuales están relacionados
con la tierra (semilla), el vientre con el agua (cordón umbilical conexión con
nuestro Ser), el estómago con el fuego, el pecho con el aire, la garganta con
el espíritu, el entrecejo y la cabeza con el cielo. Necesitamos la energía para
vivir, por eso tenemos temperatura en nuestro cuerpo, necesitamos alimentarnos,
beber, dormir, etc… Los órganos van descifrando nuestros sentimientos y se
expresan acorde a ello. Estando atentos a las señales de nuestro cuerpo y
poniéndonos sobre aviso de que algo debemos modificar, solo tenemos que saber
escuchar. Si tenemos en cuenta la relación de cada órgano con nuestras
emociones, nos será más fácil identificar qué nos está ocurriendo y en dónde
debemos enfocarnos para restablecer el equilibrio. Debemos tener en cuenta la
dualidad, todo tiene su polo opuesto, frío-calor, día-noche, hombre mujer, etc…
Solamente nosotros mismos sabremos que lado de la dualidad nos está
manifestando la enfermedad.
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